Calma,
que la vida pide,
pero sin descuidarla,
que la vida pide,
pero sin descuidarla,
se marchó sin conocerme,
¡allí cerca de la nube de mis recuerdos,
¡allí cerca de la nube de mis recuerdos,
¡la tenía!, susurraba el querubín,
cuando fue tarde y recobró la memoria,
la veía de muy lejos arrepentido,
por muchas cosas no hechas ni dichas,
pues se desperdició muchas veces el tiempo,
se lo gastó hasta perderlo,
e ahí cuando reconoció el error,
que no volverá jamás,
hasta renacer un otro mejor ser.
ManJo593
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