Y como en cuidados intensivos,
padeciendo una enfermedad,
todo se limita a nómadas palpitaciones,
que surgen a la gravedad de impulsos,
el tiempo se transformó en un desfibrilador,
donde se mide la frecuencia de sentimientos,
que cada mentira hiere más a su corazón,
y el alma cada vez se destroza,
quedando pocos minutos confianza...
La vida se va,
y consigo se lleva lo querido,
a falta de medicina,
el amor fallece llegando a un final,
como cáncer carcomiendo sueños,
que con pretextos fue deteriorando.
ManJo593
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