¡Márchate!,
gritó la consciencia al pretexto,
atónito respondió: soy el único que consigo todo,
pues manipulo cualquier cosa a mi antojo,
y puedo decir verdades o mentiras para seguir,
asombrada la consciencia bajó su cabeza,
enmudecida con ojos lagrimiantes pensaba,
¡muy fácil evadir una responsabilidad!,
entonces preguntó sin titubear diciendo:
cuando caigas en uno de tus juegos,
¿quién será capaz de creer en ti?,
la controversia cambió de sentido,
y cayó en su trampa,
pues creyó que tenía respuesta a todo...
No respondió,
sabía que no tenía la razón,
pero su ego y orgullo,
eran más que la verdad,
y fue así que continuaron,
uno con la culpa y el otro con la tristeza.
ManJo593
No hay comentarios:
Publicar un comentario