No sabíamos nada de nada,
ni del uno ni del otro,
quizá era un orgullo creado por los dos,
que nos mantenía vivos o muertos,
sin duda nos echamos de menos,
pues en el andar nos dijimos muchas cosas,
nos prometimos el cielo y el infierno,
como la calentura y la nostalgia...
No se quien falló,
pues nadie quería ceder,
pero nos mentimos,
al hablar de eternidades.
ManJo593
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